Sumergirse en la Danza

En la situación de Artistas somos capaces de darle verdad a imágenes que pensamos, de creer en lo que somos capaces, de confiar en lo que creemos, de hacer realidad lo que imaginamos, somos creadores de farsas verdades. A todos esos momentos subjetivos me quiero sumergir como docente, quiero acompañar, quiero dejar palabras que lleguen al momento más lejano en el tiempo que tendrán cerca en sus ahoras. Tan lejos del rinconcito más cercano que la danza encontrará la teatralidad necesaria para moverse. Lejos de nosotros, pero casi arrimada a nuestros cuerpos.

Porque así es la única manera en que me animo a hablar de la danza. Porque así es la única manera en la que me atrevo a mencionarla sin bailarla. Porque no la podemos ver, no la podemos tocar, está dónde ya no estamos, en los espacios que dejamos, en lo borroso que casi percibimos, en esa vorágine que dejan los cuerpos, y sólo al referirme a ella a través de los mundos de las metáforas es que encuentro ese gesto de amor donde consigo seguir mirándola. Solo endógeno consciente que nunca sabrá que nosotros existimos. Sabiendo profundamente que nunca sabrá que alguna vez la bailamos.

Imagen de Oscar Farias enseñando